El ácido lactobiónico es un poli-hidroxiácido (PHA) de nueva generación que ofrece exfoliación controlada con alta tolerancia, hidratación intensiva y potente acción antioxidante. Su peso molecular elevado reduce la penetración rápida y la reactividad, posicionándolo como opción de elección en pieles sensibles, con rosácea, dermatitis o en pacientes con baja tolerancia a AHA clásicos.
Beneficios dermatológicos clave
- Renovación epidermocitaria sin irritación: mejora de textura y luminosidad con riesgo reducido de eritema.
- Antioxidante y anti-glicación: protección de fibras de colágeno/elastina frente a ERO y AGEs.
- Refuerzo de barrera: aumento de lípidos epidérmicos y disminución de TEWL; piel más resiliente.
- Hidratación prolongada: efecto humectante que mejora elasticidad y confort sensorial.
Indicaciones clínicas
- Piel sensible/reactiva: eritema, disconfort, hiperreactividad a exfoliantes.
- Anti-aging en baja tolerancia: pacientes que no admiten retinoides o AHA a dosis estándar.
- Post-procedimiento: apoyo a la reparación y control del eritema residual.
- Prevención en piel joven: mantenimiento de luminosidad y textura uniforme.
Cómo integrarlo en protocolo
- Inicio (2–3 noches/semana): limpieza suave, tónico equilibrante y serum/loción con lactobiónico; observar respuesta.
- Ajuste: escalar a noches alternas según tolerancia; de día, hidratante barrera + fotoprotección.
- Combinaciones: sinergia con exosomas y fitoestrógenos para piel madura; alternar con retinoides suaves si se busca más estímulo dérmico.
Seguimiento y métricas
- Evaluación de eritema, textura fina, brillo y tolerancia tras 4–6 semanas.
- Registro fotográfico y feedback del paciente (prurito, escozor, confort).
Precauciones
- Aunque es bien tolerado, introducir progresivamente en pieles con disbiosis activa o tratamientos tópicos irritantes.
- Fotoprotección diaria obligatoria para preservar el avance en textura y tono.